Pero hoy fue algo distinto a lo típico que suele pasarte en un entreno lo que recordaré por mucho tiempo, subíamos una de las muchas pendientes cuando Rober me dice asombrado: "¡Mira ahí delante!" , levanto la cabeza y veo en medio del camino un animal enorme, creo que era un corzo o algo así, intento sacar el teléfono para hacerle una foto pero sale corriendo valle abajo, nos asomamos y ahí está, no uno ni dos, sino cinco o seis, uno de ellos enorme, antes de que los perdamos de vista consigo guardar una instantánea.
Ya he hablado de las maravillas de este paraje, pero lo de hoy fue una pasada, entre el paisaje y ver esos animales, fue fácil imaginar que corríamos por bosques lejanos y salvajes, pero nada de eso, estábamos corriendo apenas a las afueras de León.
Los datos del entreno de hoy son lo de menos, días así los recuerdas por las sensaciones, no por los tiempos, y la sensación que recorrió mi cuerpo durante esos instantes fue inolvidable, esa sensación de libertad que nos llena cuando corremos hoy fue especialmente real.
Aquí os dejo la fotografía, no de muy buena calidad pero si os fijáis bien de ven dos preciosos animales.
Saludos a todos y felices San Silvestres ;)